Parte III. Teoría
Ahora que hemos visto qué hay que ordenar y cómo y cuándo hacerlo, podemos hablar de por qué hacerlo. No necesitas saber exactamente cómo funciona un medicamento para experimentar sus efectos, pero saber cómo funciona te da una apreciación más profunda del mismo y te permite utilizarlo en circunstancias novedosas.
La teoría no convence. Nadie va a decir: "Ordenar es una gilipollez. Oh, espera, estás creando opcionalidad. Supongo que es una buena idea después de todo".
Comprender la teoría optimiza la aplicación. Las preguntas de siempre en el diseño de software son
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¿Cuándo empiezo a tomar decisiones sobre el diseño del software?
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¿Cuándo dejo de tomar decisiones sobre el diseño del software y me pongo a cambiar el comportamiento del sistema?
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¿Cómo tomo la siguiente decisión?
Estas preguntas no pueden responderse de forma racional y lógica porque la información necesaria para encontrar respuestas racionales y lógicas no existe cuando formulamos las preguntas.
Comprender la teoría agudiza tu juicio para cuando tengas que responder a estas preguntas especulando. Comprender la teoría te permite discrepar constructivamente con tus compañeros frikis.
A veces, cuando yo quiero hacer X y tú quieres hacer Y, en lo que discrepamos es sencillo. Ambos intentamos conseguir el mismo objetivo, pero de formas distintas. La teoría ayuda cuando nuestro desacuerdo es más profundo. Cuando intentamos alcanzar objetivos diferentes, es cuando resulta valioso compartir un marco ...
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