La ceiba y el comandante
El pasado 7 de febrero murió el árbol más célebre de Cuba. Esa mañana, para desolación de la ciudadanía, una brigada de operarios retiró con sierras y grúas la histórica ceiba que flanqueaba el templete de la plaza de Armas de La Habana. Bajo su sagrada sombra, cuentan las crónicas, los españoles celebraron con una misa en 1519 la fundación definitiva de San Cristóbal de La Habana. Bueno, no era exactamente la misma ceiba: la original había sucumbido en el siglo XIX. Pero la nuestra también tiene su interés: es la metáfora vegetal de la Revolución.
Se plantó en 1960 y tuvo una vida paralela a la de Fidel Castro. Se estrenaron juntos, echaron raíces durante más de cinco décadas y presidieron rituales. Cada ...
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