Existe una interpretación de la realidad empresarial que vincula lo profesional al modo en que se el gana dinero y lo ético al modo en que se gasta. De acuerdo con esta visión, la responsabilidad social comenzaría en el momento en el que la empresa cavila acerca del destino de los beneficios generados por su actividad. El primer destinatario natural de estos rendimientos sería el accionista que así vería recompensado el riesgo inherente a su inversión. Inmediatamente después, se destinaría una parte de los beneficios restantes a los grupos de interés concernidos por la actividad de la compañía. En último término, se retornaría una cantidad a la sociedad mediante el canal que la compañía considerase adecuado.
Esta perspectiva arcaica plantea ...